“María Portadora de la Fe”
María, camino verdadero a Jesús y
ejemplo a seguir en nuestras vidas. Ella, la siempre consejera, amiga, madre,
protectora, remediadora, la mujer fuerte en la Fe… nos llama y convoca
nuevamente hacia el templo Jacobeo. Es septiembre, su mes… el mes de la Madre y Señora de los Remedios a la
cual, con tanta fe, rendimos devoción en
este querido pueblo.
Pero en este año dos mil doce, les
invito a celebrar con especial cariño esta fiesta, ya que comenzamos el “Año de
la Fe” en toda la Iglesia Católica, una oportunidad de profundizar en nuestro
interior y educar junto a María nuestra Fe en Cristo Jesús y su Iglesia.
Ella desde el primer momento es
portadora de la Fe, la llamada que aquella mujer de Nazaret nos hace no podemos
obviarla, nuestra ausencia no podría entenderse, porque ella nos está
ofreciendo su mano, su ayuda y su consuelo para andar por el camino actual de
la vida. Debemos estar junto a ella, con ella, porque es el camino que nos
lleva a Cristo. Estas líneas quieren ser una invitación personal a ser parte
activa de esta fiesta, compartiendo las celebraciones eucarísticas,
reconociendo como ella que Cristo se ha hecho presente en nuestro mundo y sigue
dándose en el Pan de la Vida; asistiendo y acompañándola en la salida
procesional hacia la calle del Agua, dando testimonio público de nuestro SÍ a
Jesús como ella lo hizo en su casa de Nazaret; Sin olvidar la oración. Una
oración de hijos, una oración reparadora y remediadora a Aquella que es Madre
atenta, buena y entregada. Una mujer de Fe, con eterna mirada maternal que
acoge a sus hijos durante todo el año, cada lunes de Remedios, cada 8 de
septiembre… siendo faro, educadora, maestra, y espejo de Jesús, Sentido último
de Todo.
Como padre y pastor de esta
comunidad cristiana os invito a participar activamente en cada una de las
celebraciones religiosas que con tanto cariño han sido preparadas, y os invito
a que con María caminemos por nuestras calles; oremos por nosotros y por
el mundo; compartamos la misma sonrisa que nos muestra su bello rostro,
contagiando a todos el gozo de ser seguidor de Cristo.
Acojamos a María, que es portadora, y camino hacia ese niño
que en sus brazos nos ofrece como el gran remedio y sentido de nuestra Fe, de
nuestra Vida. Que Dios les bendiga a todos.
Antonio Hernández Oliva
Párroco de la Parroquia Matriz del Apóstol Santiago