miércoles, 1 de mayo de 2013

Mes de mayo, mes de María....


“Mujer, aquí tienes a tus hijos”. 
Estamos aquí, ante ti, para confiar a tus cuidados maternos 
a nosotros mismos, a la Iglesia y al mundo entero. 
Ruega por nosotros a tu querido Hijo 
para que nos dé con abundancia el Espíritu Santo, 
el Espíritu de verdad que es fuente de vida. 
Acógelo con nosotros y por nosotros, como en la primera 
comunidad de Jerusalén, 
reunida en torno a ti en día de Pentecostés. 
Que el Espíritu abra los corazones a la justicia y al amor, 
guíe a las personas y las naciones 
hacia una comprensión recíproca 
y hacia un firme deseo de paz. 
Te encomendamos a todos los hombres, 
comenzando por los más débiles: 
a los niños que aún no han visto la luz 
y a los que han nacido en medio de la pobreza y el sufrimiento. 
Te encomendamos a los jóvenes en busca de sentido, 
a las personas que no tienen trabajo 
y a las que padecen hambre o enfermedad. 
Te encomendamos a las familias rotas, 
a los ancianos que carecen de asistencia 
y a cuantos están solos y sin esperanza. 
Oh Madre, que conoces los sufrimientos 
y las esperanzas de la Iglesia y del mundo, 
ayuda a tus hijos en las pruebas cotidianas 
que la vida reserva a cada uno 
y haz que, por el esfuerzo de todos, 
las tinieblas no prevalezcan sobre la luz. 
A ti, aurora de la salvación, confiamos 
nuestro camino para que, bajo tu guía, 
todos los hombres descubran a Cristo, 
luz del mundo y único Salvador, 
que reina con el Padre y el Espíritu Santo 
por los siglos de los siglos. Amén